5 consejos para contar cuentos (y dejarles con la boca abierta)

 Contar cuentos no solo es leer… O al menos cuando se trata de niños. En el momento que contamos un cuento, como padres, puedes aportar mucho a tu hijo. Es una fantástica forma de enseñar, animar, conocer, ayudar a desarrollar su imaginación y sobretodo, compartir un momento con tu pequeño. Pero… ¿Estás preparado/a para leerle […]

¡Compártelo!
 

Contar cuentos no solo es leer… O al menos cuando se trata de niños. En el momento que contamos un cuento, como padres, puedes aportar mucho a tu hijo. Es una fantástica forma de enseñar, animar, conocer, ayudar a desarrollar su imaginación y sobretodo, compartir un momento con tu pequeño. Pero… ¿Estás preparado/a para leerle cuentos para poder soñar? Maria de Desaprende te da algunos consejos que no te puedes perder, ¡garantizamos que dejas a tu hijo con la boca abierta! Contar un cuento no es sólo leer en voz alta las palabras que lleva impresas. Ni recitar de memoria una historia en un tono monótono, con prisa porque tenemos ganas de sentarnos en el sofá a descansar. Contar un cuento es compartir un instante de magia, fantasía, creatividad e ilusión con nuestros pequeños. ¿Quieres que ese instante tenga calidad? Sí ¿verdad?. Entonces apréndete estos 5 consejos para contar cuentos inolvidables.

1. El cuento nos tiene que gustar.

Para que el niño se divierta nosotros nos tenemos que divertir también. Puede que la historia no sea la monda, o nos parezca demasiado ingenua, pero sin embargo, no creo que sea nada aburrido disfrutar de las risas de nuestros pequeños, del olor de su pelo que nos arropa mientras les leemos la historia, no considero aburrido dejarnos llevar por esos ojos emocionados que recorren las ilustraciones. No te centres en entretenerte con la historia, sino en divertirte por el simple hecho de compartir con tu hijo un rato de complicidad e ilusión.
Sí, aunque creas que me contradigo con lo anterior no es así. Que la historia te parezca simple no significa que no te guste. Tiene que gustarte la esencia de lo que transmite, o la forma en que está contada. Si por el contrario, te desagrada lo que transmite, las ilustraciones te parecen horrorosas, te entran sofocos por el simple hecho de pensar que tienes que leerlo, no lo hagas. La desgana con la que lo harías es tan grande que desmotivarás al pequeño y él tampoco pasará un rato agradable. Ejemplo: has leído tantas veces el de Peter Pan que te da grima ver a Campanilla en los anuncios de Eurodisney. Solución: mejor dejar ese cuento para otra persona que le ponga el entusiasmo adecuado y no tenga ganas de pagar a Garfio para que liquide de una vez a ese niño burlón.

2. Hay que dramatizar.

Poner voces, hacer gestos, pero siendo nosotros mismos. No se trata de ensayar para los Goya ni sobreactuar, sino poner algo de énfasis y por qué no, de fantasía a nuestra personalidad, dándole vida a esa historia y a los diálogos que estamos recitando. Tal vez te sorprendas cogiéndole gusto a poner voz de bruja, de ogro o de pirata enfadado. Eso sí, si tu pequeño es de buena memoria, más te vale recordar las voces de cada personaje en los cuentos más releídos o no te votará como actor revelación por falta de credibilidad en cada representación.

3. No interrumpir el cuento aunque nos interrumpan, para no romper el ambiente mágico.

En esto es muy habitual que estés leyendo o contando un cuento a tu retoño y que llegue tu pareja para recordarte que mañana lleves el coche al taller, o tu hijo mayor te reproche que no está preparada su mochila, o que el móvil vibre (en el mejor de los casos) incesantemente en tu bolsillo por los cientos de whatsapp con memes varios que envían los del grupo “Los más grandes”. Piensa por un momento, ¿a ti te gusta que te interrumpan cuando estás, por ejemplo, en una charla íntima con tu pareja, o cuando por fin has conseguido sentarte con tranquilidad a ver el deseado último capítulo de tu serie favorita? Seguro que no. Pues para tus hijos ese rato que pasan contigo es igual, un momento íntimo con quien más quieren, un rato sin prisas en el que toda la atención es para ellos y en el que además, dejan volar su imaginación soñando que son ese valiente protagonista que corre mil aventuras. Así que ya sabes, deja el móvil lejos, pide que no te molesten en esos minutos que tienes una cita con alguien muy especial y si aún así no respetan tu deseo, habla con la mirada sin tener que paralizar la lectura.
Algo diferente es si nos hemos animado a contar un cuento para un público más amplio que nuestros hijos. En este caso, si nos encontramos con alborotadores cuando estamos sumergidos en la historia ante un auditorio más extenso, una técnica infalible para acallarlos es incluirlos en la historia. Buscan notoriedad, pero esa que les damos no les hace tanta gracia así que dejaran de molestarnos.

4. Es mejor contarle que leerle.

Haberle leído nosotros antes y poder contárselo mientras les enseñamos las imágenes les ayuda a sumergirse más en la narración ya que se apoyan en elementos visuales. Con esto no digo que haga falta estudiarse la historia para poder mostrarles los dibujos como un catálogo de vacaciones, sino que tengamos cuidado de mostrarles las ilustraciones, sobre todo, cuanto más pequeños son ellos. Una manera cómoda de resolver esta cuestión de leer a la vez que ven los dibujos que acompañan al texto es tumbarnos a su lado, así los dos veis las ilustraciones no hay problema en seguir la lectura.

5. No usar diminutivos ni simplificar el vocabulario.

Es mejor incluso leerles de vez en cuando cuentos de más edad de la que les corresponde. Si no entienden algo lo preguntarán, y si crees que no lo han entendido y no preguntan anímales a hacerlo, que entiendan que no saber algo no es motivo de vergüenza, que preguntar, indagar y cuestionar es bueno. Así, sumarán confianza en sí mismos para cuando tengan que preguntar en otros ámbitos de su vida. El usar un vocabulario más elaborado, les ayudará también a agilizar sus procesos mentales para encontrar un significado a ese concepto misterioso acorde al contexto en el que lo han escuchado.

Enriquece su vocabulario, su gramática, su expresión, su autoestima, su imaginación. Y sobre todo, estrecha lazos con tus pequeños, disfruta de la intimidad que nos regalan unas letras mientras ellos se acurrucan en tu regazo o ves cobrar vida a sus sueños a través del brillo de su mirada.
Como ves, leerles es un gran regalo que tenemos al alcance de nuestra mano, no le dejes escapar.

¿Te gustaría leer más artículos de ella?

Te invitamos a pasar por el perfil de Maria donde encontrarás más… También te recomendamos el área de colaboradores en el blog donde podrás leer más artículos interesantes de otros profesionales que escriben semanalmente en esta sección con información útil referente a diferentes sectores.

¿Te ha sido útil este post?

Compártelo en las diferentes redes sociales clicando en cada una de ellas más abajo, también puedes unirte en nuestra familia para recibir más novedades como este post, además tendrás acceso exclusivo a descuentos y tiendas nuevas de nuestro directorio. Y com siempre te esperamos en los comentarios…

¿En vuestra rutina diaria también tenéis un momento para contar cuentos? ¿Cuanto tiempo le dedicáis al día?

banner subscriptores
¡Compártelo!
La tienda de HelloPapis
¡Descúbrela!

Descárgate gratis

guia de crecimiento por etapas

¿Qué estás buscando?

Busca contenido por tema

Regístrate en Hellopapis
Calcula la altura de tu bebé
Calcula la fecha de parto

Seguro te interesa