Viajar en coche con niños

 Con la llegada del verano y las vacaciones seguro que sois muchos los que os encontraréis ante el reto de viajar en coche con niños para llegar a vuestro tan ansiado destino vacacional. Ya sea quien va al pueblo, o esas familias aventureras que les gusta recorrer Europa en coche… viajar en coche se nos […]

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Con la llegada del verano y las vacaciones seguro que sois muchos los que os encontraréis ante el reto de viajar en coche con niños para llegar a vuestro tan ansiado destino vacacional. Ya sea quien va al pueblo, o esas familias aventureras que les gusta recorrer Europa en coche… viajar en coche se nos hace pesado incluso a los adultos, imaginate cuanto debe ser para un niño, donde no se puede mover con libertad y no entiende porque tiene que estar ahí quieto hasta llegar al destino. Gloria de Balanceo nos da 8 consejos que no te puedes perder si este verano tenéis que viajar en coche.

Una de las mayores preocupaciones de cara al verano y las vacaciones es cómo afrontar los largos viajes en coche cuando viajamos con bebés. En este post te voy a dar algunos consejos probados y reales sobre cómo puedes hacer el viaje más llevadero tanto para ti como para tu bebé.

Elige una hora en la que sepas que estará satisfecho.

Viajar con sueño o con hambre no es una buena idea. Pensarás que el sueño le ayudará a quedarse dormido en el coche. Esto puede ser cierto, pero si no consigue conciliar el sueño, estará muy molesto y seguramente se quejará hasta que consiga dormirse. ¡Y eso pueden ser horas! Así que, si tienes opción, es mejor que esté alimentado y descansado. Otra solución es viajar de noche, cuando sabes que seguro se dormirá.

Prepara una bolsa de diversión de supervivencia

Si tu hijo es algo mayor, puede ayudarte a elegir algunos juguetes o libros imprescindibles para hacer el viaje en coche mucho más entretenido. Mi consejo: añade tú en secreto alguno más para que sea una gran sorpresa, ¡un juguete inesperado! Una vez en el coche iremos sacando los juguetes poco a poco, no todos a la vez. Así  jugaremos durante más tiempo con cada uno. Descubrid las nuevas posibilidades de los viejos juguetes en un nuevo escenario

¿Y qué juguetes serán mejor?

Cualquiera que le guste a tu hijo es una gran elección, pero, sobre todo, los que den “más juego”. Piensa en libros de actividades, quiet books, cuentos que se puedan contar escenificando, marionetas para crear teatrillos (un simple calcetín con botones cosidos les encantará)… Depende un poco de la edad del niño. Ya sabes que cuando son muy bebés cualquier cosa les maravilla: papel arrugado, un espejo, pegatinas, pinzas, un peine… No tiene por qué ser algo muy complicado, ¡usa lo que tengas a mano!

¡A cantar!

Seguro que hay canciones que son las preferidas de tu hijo. Apréndelas con él o busca un CD (o cualquier tipo de soporte) para grabarlas. Canta, da palmas, cambia las voces…

¿Le dejo mirar el móvil o la tablet?

Aunque te puede sacar de un apuro, este tipo de dispositivos son un arma de doble filo. Por un lado, entretienen al niño un rato, pero le absorben de tal manera que será difícil “desengancharlo”. Fatigan la vista y crean ansiedad, con lo que te puedes encontrar un problema en vez de una solución. Si te ves muy desesperado, puedes pactar con tu hijo un número máximo de minutos de uso. Podéis ver esa canción que le gusta tanto y después, hacemos otra cosa.

Haz paradas

A veces, hacer una paradita para estirar las piernas, alimentar al niño y corretear un poco os puede dar la vida. Podéis decidir con antelación dónde pararéis y avisar al niño de lo que queda hasta la próxima parada. Incluso, si es un poco mayor, podéis mostrarle un mapa de vuestro trayecto.

Prepara un picnic

En las paradas que hagáis podéis comer algo ligero que hayáis preparado en casa. Si es algo mayor, deja que tu hijo te ayude a prepararlo. Jugad un poco con la comida, ¿de qué color es?, ¿a qué sabe?, ¿es blando o es duro?

Hablad de vuestro destino

¿Qué cosas maravillosas encontraréis cuando lleguéis? ¿Hay una gran piscina? ¿Veréis el mar? ¿Dormiréis bajo las estrellas? ¿veréis a vuestros familiares? ¿Montaréis en bici?

En todo caso, ya sabes que la paciencia y la empatía son tus mejores armas. Intentad seguir al niño adaptándoos a sus necesidades y mucha, mucha calma.

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