Cómo enseñar a ordenar a tu hijo

A los niños les encanta sacar todos los juguetes que tienen para no terminar jugando con ninguno… pero lo peor llega a la hora de recoger.

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A los niños les encanta sacar todos los juguetes que tienen para no terminar jugando con ninguno… pero lo peor llega a la hora de recoger.

Tu hijo se niega a recogerlo, llegan los llantos, las malas caras y los enfados, y siempre terminas siendo tu quien recoge sus juguetes, su ropa o todo lo que deja desordenado.

¿Quieres saber cómo enseñar a tu hijo a ordenar? ¡Te lo contamos!

Cómo enseñar a ordenar a tu hijo

Antes que nada, tienes que tener en cuenta que los niños no nacen ordenados ni aprenden a serlo ellos solos, debemos ser los adultos quienes les ayudemos a saber organizarse y quienes les marquemos ciertas pautas de orden.

También tienes que tener en cuenta que los niños se guían por lo que hacen sus padres, por lo que tenéis que ser conscientes de este rol ejemplar. Por eso, es importante que ordenéis y qué recojáis y guardéis los objetos que utilicéis después de usarlos. De esta manera, el niño se acostumbrará a cierto orden.

¿Cuándo empezar a inculcar la ley del orden?

El orden es un valor que aprendemos desde niños y que vamos perfeccionando a lo largo del tiempo. Así pues, es importante a empezar a inculcarlo a tus cuanto antes, mejor.

De manera general entre los 2 y 3 años es la edad ideal para comenzar a aprender cosas nuevas de manera natural, sin que cueste, ya que es en esta edad cuando empezamos a comprender las razones por las cuales les pedimos cosas.

En esta etapa entenderán lo que es el orden material y será la base para poder construir más adelante su orden mental.

Cierto es que nunca es tarde para aprender, pero con el paso de los años hay que tener voluntad y hacer un mayor esfuerzo para aprender y obtener el hábito.

En este inicio deja que haga cosas adecuadas para su edad, como por ejemplo guardar sus juguetes, clasificar su ropita por colores…

Pautas para empezar

  • Establece una rutina: Es necesario que tu hijo tenga interiorizados unos hábitos y entienda que cuando saca algo de su sitio, después lo tiene que volver a dejar donde estaba. Trata de realizar este proceso con él, tantas veces como sea necesario, para que lo vea como una acción natural.
  • Sé un ejemplo: No pidas lo que no puedes dar. Si le pides a tu hijo que sea ordenado, pero no lo eres tu con tus cosas, él verá que no es algo necesario. Los niños pequeños siguen un modelo de conducta en el cual repiten lo que los adultos hacemos.
  • Sé conciso: Trata de ordenarle lo que quieres que haga. Por ejemplo, si le dices “recoge tu habitación” puede verse bloqueado sin saber qué hacer o por dónde empezar. En cambio, si le dices “guarda los juguetes en su caja” o “pon los libros en la estantería” , él entenderá a la perfección lo que quieres que haga.
  • Empieza por pequeñas acciones: Cómo bien sabrás, no se puede correr antes que aprender a andar. No le pidas a tu hijo que ordene grandes cosas sin antes ir introduciéndolo en el mundo del orden. Pídele que colabore con pequeñas cosas, como por ejemplo que te ayude a regar las plantas, a poner la colada, a separar la ropa por colores, a tirar su pañal a la basura…
  • Sé comprensivo: Tienes que tener en cuenta que un niño de 3 años no hace las cosas tan rápido como un adulto. A esta edad aún están interiorizando conceptos y acciones y no les puedes exigir más de lo que pueden ofrecer. Ten en cuenta que la habilidad del orden requiere tiempo y mucho esfuerzo, y no lo conseguirás de un día al otro.
  • Define un lugar para cada cosa: Este hecho los ayudará a localizar cada cosa y devolverla a su lugar. Si le cambias los sitios de las cosas se liará, y al final lo terminará dejando todo en un lugar incorrecto. Lo puedes ayudar con dibujos para que tu hijo relacione los sitios de cada objeto con más facilidad.
  • Conviértelo en un juego: Este es, seguramente, el punto más importante. A los niños les encanta jugar y lo hacen con gusto, pero a la hora de ponernos serios, la situación se complica. Hazle ver que el momento de ordenar es un juego más y no una obligación.

Como puedes ver, hay muchas maneras para conseguir que tu hijo ordene, pero es necesario que todos pongáis un poco de vuestra parte para que funcione.

¿Se te ocurren más métodos para hacer que tu hijo ordene? ¡Ponlo en los comentarios!

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