El sueño infantil es un tema de debate en muchas mesas de reunión con padres. En el momento que llega el bebé a casa, todos los padres se preocupan por los hábitos de sueño de su bebé. Se tiende a comparar con otros bebés que se conocen, nos fiamos de lo que nos dicen otros padres y escuchamos muchos demasiados consejos que todo el mundo se cree con el derecho de darnos. Gloria del centro de formación Balanceo nos desmiente algunos mitos sobre el sueño infantil que no te dejarán indiferente.
En los acompañamientos familiares que hago con familias con niños suelen surgir muchas dudas en torno a la alimentación, la disciplina positiva, la mejor manera de encarar ciertos temas… Pero un clásico que siempre aparece es el del sueño.
Nuestro hijo, curiosamente, nunca duerme pero el de nuestra vecina o cuñada duerme de un tirón desde los 2 meses (chica, qué suerte). Nos bombardean con trucos y productos milagro que van a hacer dormir a nuestro bebé. Y, claro ¿qué vamos a decir nosotros, padres cansados? ¡Toma mi dinero y calla!
¿Funcionan estos trucos? ¿Hay realmente algún producto que sirva para hacer dormir a un bebé toda la noche?
Algunos mitos del sueño infantil
Vamos a analizar algunos mitos del sueño infantil y ver hasta qué punto son reales estos consejos de toda la vida.
• Si le das un biberón bien cargado de cereales antes de dormir, se despertará menos.
¿En qué se basa?
En la creencia de que los niños se despiertan por hambre varias veces
¿Es cierto?
No hay ninguna evidencia científica que así lo afirme. Es más, darle a un bebé menor de 6 meses cualquier cosa que no sea leche está totalmente desaconsejado, ay que puede sentarle mal.
Los niños no solo se despiertan por hambre, también necesitan saber que sus cuidadores están ahí para ellos.
• Un baño antes de dormir les calma y dormirán mejor.
¿En qué se basa?
El agua caliente baja la tensión.
¿Es cierto?
Aunque un baño caliente pueda ser muy relajante, hay a niños a los que les excita, ya sea porque juegan, ya sea porque odian el momento del baño. Si tu hijo es de estos, ¡báñale en otro momento!
• Para que duerma mejor por la noche, lo mejor es que no duerma siesta.
¿En qué se basa?
Hay un número límite de horas que podemos dormir. No podemos dormirá más que esas. Si quitamos unas pocas del día, la lógica nos dice que dormirá más de noche.
¿Es cierto?
Quizá en niños mayores de 3 años que están eliminando la siesta, sea aconsejable. Pero en niños más pequeños corremos el riesgo de que lleguen tan cansados y excitados a la noche que sea un auténtico desastre.
• Hay un aceite para bebés que les calma y les relaja.
¿En qué se basa?
Los masajes pueden ser muy relajantes. Ciertos aromas ayudan a relajarnos.
¿Es cierto?
De nuevo, no tenemos ninguna evidencia científica al respecto. Un masaje puede ser muy relajante y un momento especial con nuestro pequeño, pero también puede ser excitante. En cuanto a ciertos perfumes, el aroma que relaja más a un bebé es el de su cuidador.
• Un pañal seco es garantía de menos despertares.
¿En qué se basa?
Si el niño está incómodo, dormirá peor.
¿Es cierto?
Sí, en parte, pero eso no quiere decir que el mejor pañal del mercado te asegure menos despertares. Muchas veces, en esos despertares de los primeros meses, aprovechamos para cambiar pañales, pero más tarde, cuando el sueño se va estabilizando, un niño con un pañal tremendamente mojado aguanta con él. Si no se despierta, no solemos cambiar el pañal. Ahora, SÚPER CONSEJO: si vas a cambiar el pañal, hazlo con la luz mínima y a poder ser en la mismo sitio donde esté durmiendo el bebé (su cuna, tu cama…) Ten una caja con uno preparado y un empapador para no manchar el colchón. La idea es moverlo lo menos posible.
• Si una cosa no funciona para dormir a un niño, prueba varias hasta que una funcione.
¿En qué se basa?
Habrá que probar, ¿no?
¿Es cierto?
Mi consejo es que no te vuelvas loco probando una y mil cosas porque al final tu ansiedad será trasmitida al bebé. Es muy estresante tener a un bebé llorando a las 3 de la madrugada. Pedirte calma es pedirte mucho, lo sé. Pero en tanto en cuanto seas capaz de respirar y mantener un mínimo de relajación, las cosas fluirán mejor. Pide ayuda, pide apoyo, conciénciate de que va a haber muchas noches malas, pero que acabarán pasando.
Conclusiones:
No hay prácticamente ningún consejo de oro o método definitivo para dormir a un niño. Si lo ves, analízalo críticamente porque quizá no sea del todo cierto o no hay ninguna evidencia al respecto o solo funciona con algunos niños.
Al final, lo único que podemos manejar es nuestra actitud ante situaciones de extremo cansancio. Es decir, cambiar la manera de pensar y alejarla del niño (“es que no duerme”) para centrarnos en nosotros (“llevo fatal el no dormir”). Pensar que lo importante, quizá, es descansar, no tanto dormir, y aprovechar pequeños ratos para estar tranquilo.
Y, de verdad, de verdad, de verdad, el mejor consejo que puedo darte es que pidas ayuda siempre que la necesites. No eres peor, ¡eres humano!
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